Si te pregunto por tu rol familiar, estoy seguro que te identificarás con el papel que representas en la familia como hijo, hija, padre o madre.
Pero si te hablo de las herencias familiares y lealtades invisibles que hay por detrás de cada familia, puede que esto te despierte otra curiosidad.
Son todos los mandatos y las creencias inconscientes que influyen en nuestra forma de ser, en nuestro carácter y en la manera de interactuar con los demás.
En este sentido, cada uno de nosotros ha llegado a su familia con un papel y una función a representar, y nuestra adaptación y supervivencia va a depender de lo leales que seamos al cumplir con esa función.
Es decir, que nuestro equilibrio y bienestar va a depender de la relación que tengamos con nuestra familia, desde la etapa infantil.
Un ejemplo de este rol que representamos lo podemos ver en el miembro de la familia que se encarga de cuidar a los hermanos.
O aquel que asume las responsabilidades del padre o de la madre porque estos no están, haciéndose cargo del cuidado y protección del resto de la familia.
Cada uno de estos roles, representa los vacíos emocionales de nuestros progenitores y que de forma normal y natural nos toca o nos ha tocado cumplir.
Pero llega un momento en el que esa identidad va a ir en contra de lo que queremos para nosotros. El momento de identificarnos más allá del papel que nos ha tocado ser y cumplir en la familia. Y esto no es fácil revertirlo.
Porque durante muchos años hemos sido responsables de solucionar los problemas de la familia. Nuestra programación va a condicionar todas las relaciones que establezcamos en nuestra vida: en el instituto, facultad o en un puesto de trabajo. Esto es lo que hemos aprendido que somos.
Serán los conflictos, las crisis o problemas familiares los que nos inviten a reflexionar sobre ese rol que siempre hemos ocupado y que no queremos. Y será la vida quien nos presente circunstancias para poder transcender y cambiar de rumbo.
Y tú, ¿Qué rol representas en tu familia?